¿Puede influir el envejecimiento de la población en los precios de la vivienda?
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Madrid. Esta semana un informe del BIS (Bank for International Settlements ) ha adquirido en los medios de información españoles un protagonismo especial, que se tradujo en titulares excesivos tales como:
o El envejecimiento causará estragos en el precio de la vivienda: caerá un 75% hasta el 2050 (Cotizalia.com).
o El precio de la vivienda en España podría caer un 75% hasta 2050 ( www.abc.es).
o El envejecimiento de la población tumbará el precio de la vivienda (www.elpais.com).
o El envejecimiento podría rebajar los precios de la vivienda en España un 75% de aquí a 2050 (www.rtve.es ).
o La vivienda puede caer en España un 75 por ciento en los próximos 40 años (Agencia EFE).
o La vivienda puede caer un 75% por el envejecimiento de la población (www.idealdigital.com).
Los titulareres se apoyaban en una parte de los contenidos de tal informe. Y así, podemos ver, que ya en el “abstract” del mismo se indica: “El estudio realizado muestra que el factor demográfico afecta significativamente a los precios reales de las viviendas. La combinación de sus resultados con las proyecciones de población sugiere que el envejecimiento hará bajar sustancialmente los precios de las viviendas a lo largo de los próximos cuarenta años.”
Y en sus páginas se incluyen multitud de datos para apoyar esta tesis. Especialmente relevante es, a estos efectos, el cuadro o la tabla que trata del impacto demográfico del envejecimiento de los países europeos en el precio de las casas.
Este cuadro o tabla de cifras es el origen de los titulares indicados pues en él se observa que en España, según esa proyección -si sólo se tuviese en cuenta el factor demográfico- podrían bajar los precios de las viviendas un poco más del 75%, en los próximos cuarenta años. (De una forma similar a las previsiones para Gran Bretaña y Dinamarca, por ejemplo).
Sin embargo, si se lee el informe con más cuidado se aprecia la cautela del autor del mismo respecto de sus propias predicciones, pues la realidad parece comportarse como si el factor demográfico “cediese” ante la presencia de otros factores. Y así, en otro cuadro o tabla del citado informe se aprecia que con factores de crecimiento neutros, los precios han subido sustancialmente en muchos países en los últimos treinta años. Y peor aún, nos muestra que en países como Italia, Corea y Finlandia los precios también han subido… a pesar de una demografía negativa.
El propio autor del informe hace este comentario al referirse a estas “anomalías”: “Todo eso ilustra el poderosos papel de los factores no demográficos (en las subidas de precios de las casa). En particular, el gráfico muestra que las tendencias contrarias de aquellos no necesariamente conducen al declive de los precios reales de las viviendas.”
A pesar de todo: “ En suma, el estudio sugiere que los precios reales de las viviendas tendrán el viento en contra durante los próximos cuarenta años debido precisamente al envejecimiento. Aunque sus conclusiones no implican que los precios vayan a declinar, sugieren sin embargo que durante los próximos cuarenta años los precios de las viviendas de las Economías Avanzadas tendrán que hacer frente a muchas más dificultades que las que han afrontado en los últimos cuarenta años.”
Entonces, si leemos bien el informe, no está claro pues que el envejecimiento vaya a ser clave en la fijación de los precios de los inmuebles en los próximos años. Todo lo contrario de lo que anuncian los excesivos titulares referenciados. Como no está claro tampoco que proyecciones como ésta, a pesar del fuerte aparato matemático y volumen de datos que en este informe se han utilizado, nos sirvan para algo, por el estado caótico en el que se encuentra el sistema económico internacional.
Hasta que la nueva realidad –la que aparezca tras la superación de la Crisis- emerja del Caos en el que estamos, las proyecciones son fuegos artificiales. Recuerde el lector que en el estado caótico de un sistema, el horizonte de sus sucesos –lo que vaya a ocurrir a partir de un momento- es sencillamente… impredecible.
11.08.2010